Introduciendo al héroe de las masas. Paladín de la justicia en los barrios bajos, fraccionamientos, colonias tranquis, zonas rosas y rancherías de este bonito y chistoso México. Su misión: cumplir con su labor. Equis, soy Godínez ciudadano.
Hoy de nada me sirvió haberme levantado tan temprano. Jugaba la sele contra Holanda, el partido de la revancha, a las diez. La licenciada Martha ya había dicho que sí lo iba a poner en la oficina. Salí igual, a las seis de la mañana, aunque sí me patearon los tequilas en casa de mi cuñado Ramón. Su abuelita había librado bien su operación de cadera y organizó de volada la fiesta, con tostadas y pomo. Como a las 11 mi vieja me jaló para ya irnos, que porque ya estaba llorando la niña. Yo le dije que no la trajera.
Hoy temprano todo empezó mal; mi mujercita se levantó molesta y ya no desayuné nada, y el café que me preparé me supo a pura agua de calcetín. Por fin salí, como todos los días, a cumplir mi labor de la mejor manera. Me bajé de volada del bici-taxi en la avenida pero había un tráfico de la chingada; habían cerrado un carril para la construcción que están haciendo, y más adelante creo estaba pasando un contingente marchando por los ayotzinapos. Ese pedo está cabrón. Está mal pedo…
Total, llegué bien tarde, yo y otros tres compas, dos compañeras y la secretaria del abogado Ferrer, la señora que siempre se viste como si fuera chavita, y ahí nos pasaron a todos a recursos humanos. Nos regañó la licenciada Martha, nos regañó bien y justamente, pues no cumplimos. Como llegué tarde, ya no pude sacarle sus copias de los oficios resumen del día anterior. Siempre me deprime no cumplir con mi labor.
Medité largamente durante el descanso. Ya ni quise ver el partido, ni las repeticiones de los goles de Vela y del chicharito. Todos hablaban de ellos, pero yo sólo les decía que yo nunca dudé de ellos. Pienso que son como yo: cumplen su labor y obedecen las órdenes que les da el Piojo. Él tan chingón, tan sabio. Pero me atormentaba no haberle cumplido a la licenciada. Este sentimiento me acompañó hasta el mediodía, y sólo me pude alivianar jugando candy crush en el face.
Saliendo de la oficina se me pegaron Gutiérrez y Jiménez, pues querían irse a festejar el triunfo de nuestra sele a un bar del centro. Los acompañé, aunque les había dicho que sólo me iba a tomar las tres de rigor. Sin embargo, los pendejos se pusieron pedos bien rápido, y sentí mi obligación quedarme a cuidarlos. Jiménez se había ligado a dos señoras gorditas, pero se levantó a vomitar y yo, sin querer, me ligué a la más bonita de las dos. Me puse a pensar que siempre salgo de ganón con las mujeres, uno que es guapo, chingao.
Llegué tarde a casa. Como olvidé comprar leche y pan, mi vieja otra vez se encabronó, aparte porque llegué medio pedo. Sí, fue un día difícil. Yo trato de cumplir pero es que de repente no se puede, como que hay veces que todo te sale en tu contra. Chale. Creo que lo único bueno de hoy fue que le ganamos a Holanda y los besotes que le metí a la gordita del bar. Hasta le compusimos una canción al joto ese del Robben, con una rola de Mijares, pero ya no la recuerdo bien.
Total, que el día termina y yo necesito descansar para mañana volver a la lucha diaria. No sé si me voy a despertar temprano. Yo creo que no; y que la pinche licenciada Martha se saque ella sola sus pinches copias. Al fin que mañana quedamos de volver a ver de nuevo a las gorditas en el bar. Sólo que ya no vamos a invitar a Jiménez, porque se guacarea el baboso. Iré solo con Gutiérrez. Igual y si también se apendeja, me ligo a la otra gordita, total, vi que también me miraba deseosa. Sí, fue un día difícil. Nunca es fácil ser Godínez.
por Carlos Freeman: @caufree
(Un Hombre Libre)